La medicina integrativa es un intento ambicioso y, a la vez, generoso de suplir las deficiencias del sistema de salud operativo en nuestras sociedades occidentales, lastradas por la limitación de tiempo disponible, sobre todo en consultas externas. Por otro lado, supone no finiquitar las posibilidades de cierta utilidad terapéutica contrastada a través de los siglos (China, India, etc.), amén de algunos recursos que no alcanzan el nivel de fiabilidad científica deseable, pero que suponen un cierto apoyo terapéutico en determinados casos (homeopatía, acupuntura, etc.), y que siguen requiriendo un abordaje científico. Finalmente, el recurso de productos botánicos (fitoterapia) constituye un amplio mundo de posibilidades en el que se debe avanzar por parte de las universidades —y se está haciendo— al ir adquiriendo dichas sustancias un marchamo farmacológico asentado en el método científico y en los criterios de la medicina basada en la evidencia. Con ello se evitaría la sinrazón que supone el enfrentamiento cotidiano entre la medicina convencional científica, a la que nos sometemos la inmensa mayoría de los pacientes, y las otras «orientaciones» diagnóstico-terapéuticas (medicina naturista, medicina alternativa, medicina complementaria, medicina centrada en el paciente y otras).

Integrative medicine is an ambitious and noble-minded attempt to address the shortcomings of the current public health systems in our Western societies, which is restricted by the limited time available, especially in outpatient clinics. Integrative medicine also does not limit the possibilities of useful therapies that have been tested over the centuries (from China, India, etc.) or of certain resources that do not achieve the level of desired scientific credibility but that present certain therapeutic support in specific cases (homeopathy, acupuncture, etc.) but still require a scientific approach. Finally, the resource of botanical products (phytotherapy) constitutes a wide range of possibilities that universities can (and do) make progress on by providing drug brands for these products through the use of the scientific method and evidence-based medical criteria. This approach will help avoid the irrationality of the daily struggle between conventional scientific medicine (which we apply to the immense majority of patients) and the other diagnostic-therapeutic «guidelines» (natural medicine, alternative medicine, complementary medicine, patient-focused medicine and others).