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Vol. 210. Núm. 11.
Páginas 559-566 (diciembre 2010)
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Si fiebre, ¿hemocultivos?
Blood cultures when fever?
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C. Ibero Esparzaa,e,
Autor para correspondencia
carlos.ibero.esparza@navarra.es

Autor para correspondencia.
, E. Regidor Sanzb, C. Díaz Pedrochec, G. García de Casasolad,e
a Servicio de Urgencias, Hospital Virgen del Camino, Pamplona, Grupo de Trabajo de Urgencias de la SEMI, España
b Unidad de Cuidados Intensivos, Hospital Virgen del Camino, Pamplona, España
c Servicio de Medicina Interna, Grupo Hospitalario Quirón, Madrid, España
d Servicio de Medicina Interna, Hospital Infanta Cristina, Parla, Madrid, España
e Grupo de Trabajo de Urgencias de la SEMI, Sociedad Española de Medicina Interna, Madrid, España
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Tabla 1. Factores pronósticos de bacteriemia en urgencias (Shapiro12)*
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Tabla 2. Criterios de síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS), sepsis, sepsis grave y shock séptico
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Tabla 3. Factores que influyen en la rentabilidad del hemocultivo
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Resumen

Varón de 78 años, con antecedentes de hipertensión arterial y diabetes mellitus, remitido a urgencias desde su residencia por deterioro del estado general y caídas frecuentes en la última semana. Dos semanas antes precisó sondaje vesical, que fue traumático y de forma profiláctica se prescribió ciprofloxacino. En la exploración física destaca desorientación, TA90/40mmHg, frecuencia cardíaca 120lpm, T.a 37,3 1C, 24 respiraciones por minuto y dolor a la palpación en hipocondrio izquierdo. En el electrocardiograma se objetiva taquicardia sinusal. Al canalizar la vía periférica se nos pregunta: ¿le saco hemocultivos?

Abstract

A 78-year-old man was refrerred from his residency where he lives to the emergency division due to general deterioration and frequent falls in the last week. His personal history is remarkable for arterial hypertension and diabetes. Two weeks before he needed a vesical catheterism that was traumatic and profilactic ciprofloxacin was prescriped. On phisical exploration he appears desoriented, blodd pressure is 9/40mmHg, cardiac rythm 120 beats per minute, temperature 37,3°C and 24 respirations per minute. He appears to have pain on his upper left abdomen cuadrant. When the nurse gets a peripheral vein she asks, ¿should I obtain hemocultures?

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El problema clínico

Las enfermedades infecciosas son una causa frecuente de morbilidad y mortalidad en todos los ámbitos de la asistencia sanitaria. Se estima que tienen procesos infecciosos entre un 5 y un 17% de los pacientes valorados en urgencias, de los que hasta un 20% precisan de ingreso hospitalario1. El tratamiento en urgencias es fundamentalmente empírico. Al no disponer habitualmente de técnicas de diagnóstico microbiológico inmediato, se fundamenta en la sospecha clínica del órgano o sistema afecto, en los microorganismos más frecuentemente implicados y en su espectro de sensibilidad.

La obtención de hemocultivos es una práctica común y creciente en la valoración inicial de los pacientes con sospecha de infección en urgencias. Sin embargo, sus indicaciones en esta área están poco definidas y estudiadas. Su obtención constituye un motivo de debate, ya que comparadas con el resto de pruebas habituales en urgencias, requieren un mayor tiempo para su obtención, una buena técnica para evitar contaminaciones y carecen de utilidad diagnóstica inmediata.

Diagnóstico y tratamientoBacteriemia y hemocultivos

La bacteriemia es la presencia de bacterias en sangre (fungemia si se trata de hongos), que se pone de manifiesto por el aislamiento de estos en los hemocultivos. La incidencia de la bacteriemia depende del tipo de población estudiada. Es más frecuente en pacientes que padezcan concomitantemente ciertas enfermedades y en los sometidos a maniobras que alteran los mecanismos de defensa (procedimientos diagnósticos o terapéuticos invasivos, vías de acceso central o tratamientos inmunosupresores). En nuestro país la incidencia de bacteriemia en urgencias es alta. Se detecta en un 1%–1‰ de los pacientes atendidos en urgencias y en 10–30 casos por 1.000 ingresos urgentes2.

La bacteriemia tiene implicaciones pronósticas importantes ya que se asocia a una elevada mortalidad, que oscila desde el 20 hasta el 60% en algunas series de shock séptico. Su reducción está relacionada con la administración de un antimicrobiano adecuado lo más precozmente posible3–7.

Ante un paciente con posible bacteriemia se debe valorar desde el inicio su gravedad, el posible lugar de adquisición (comunitaria, área de hospitalización, relacionada con los cuidados sanitarios), la comorbilidad del paciente y el posible origen del foco. Esto permite realizar una mejor aproximación diagnóstica e iniciar un tratamiento de soporte y antimicrobiano empírico adecuado.

El resultado del hemocultivo es importante, ya que constituye el diagnóstico definitivo de bacteriemia y la identificación del microorganismo permite establecer un probable diagnóstico etiológico. Asimismo, puede dar información sobre su modo de adquisición o ser referente a otros posibles diagnósticos asociados, estimar la duración del tratamiento y, con el estudio de sensibilidad, elegir el antimicrobiano más apropiado o realizar las modificaciones necesarias a la terapia empírica ya establecida.

¿Debemos sacar hemocultivos a todos los pacientes con fiebre?

El rendimiento de los hemocultivos en series de pacientes hospitalizados es de tan solo el 4–8%8,9 y en torno al 8–10%10–12 en enfermos atendidos en urgencias, aunque en algunas series la rentabilidad alcanza hasta el 20%2.

Esta baja rentabilidad se puede justificar tanto por una sobreestimación de la probabilidad de bacteriemia, como por la extracción de hemocultivos en situaciones clínicas con un bajo índice de sospecha dada la importancia clínica, terapéutica y pronóstica que conllevaría un resultado positivo. Otras posibles causas pueden ser las variadas formas de presentación clínica de la infección, el intento de establecer un diagnóstico con suficiente certeza (fiebre sin foco, síndrome confusional o deterioro del anciano, shock…), la práctica común de extracción de hemocultivos en el momento inicial de la atención al paciente al canalizar una vía periférica o ante la presencia de fiebre, con o sin consultar al médico responsable, o una mala técnica de extracción o procesamiento. Además, los estudios publicados en los que se definen criterios de predicción de bacteriemia e indicación de hemocultivos7–18 (tabla 1), posiblemente sean habitualmente ignorados.

Tabla 1.

Factores pronósticos de bacteriemia en urgencias (Shapiro12)*

Criterios mayores  Temperatura >39,4°C (3 puntos) 
  Sospecha clínica de endocarditis (3 puntos) 
  Portador de catéter vascular (2 puntos) 
Criterios menoresTemperatura 38,3–39,3°C (1 punto) 
Edad >65 años (1 punto) 
Tiritona (1 punto) 
Vómitos (1 punto) 
Hipotensión (sistólica<90mmHg) (1 punto) 
Neutrofilia >80% (1 punto) 
Leucocitosis >18.000/mm3 (1 punto) 
Porcentaje de cayados >5% (1 punto) 
Trombopenia<150.000 plaquetas/mm3 (1 punto) 
Creatinina >2mg/dl (1 punto) 
RiesgoAlto: >5 puntos (hemocultivos positivos 15–25%) 
Moderado: 2–5 puntos (hemocultivos positivos 7–9%) 
Bajo: 0–1 punto (hemocultivos positivos<1%) 
*

Según esta pauta de decisión estaría indicado la obtención de hemocultivos si se cumple un criterio mayor o al menos 2 menores.

El bajo rendimiento de los hemocultivos conlleva un alto coste económico, consume tiempo del personal de urgencias y supone un riesgo de exposición a material biológico. Por otra parte, se somete al paciente a punciones venosas innecesarias y no exentas de riesgo o complicaciones.

Los falsos positivos (contaminantes) pueden conllevar un inadecuado empleo antibiótico, una prolongación de la estancia hospitalaria, así como un aumento de la iatrogenia, del número de ingresos y de la utilización de recursos hospitalarios. Se ha documentado un gasto adicional de 8.720 dólares por cada falso positivo19.

Por otro lado, los verdaderos positivos pueden tener poca repercusión en la práctica clínica, bien porque su identificación en algunas entidades (ej.: neumonía en el inmunocompetente) pocas veces supone un cambio de tratamiento20, bien porque exista una alternativa diagnóstica más rentable21 (urocultivo en la pielonefritis) o porque no se realiza el deseable ajuste de tratamiento antibiótico tras el conocimiento del patógeno y su antibiograma. Algunos estudios describen cómo el resultado de los hemocultivos en urgencias solo significó en un 0,2–1,6% un cambio de manejo22,23.

Sin embargo, la identificación desde urgencias de los pacientes con riesgo de bacteriemia es crucial. Una bacteriemia no tratada puede evolucionar a un cuadro séptico de elevada mortalidad. Y un inicio precoz de una antibioterapia empírica adecuada se asocia a una mejor pronóstico3–7.

Por tanto, podemos concluir que la capacidad para evaluar el riesgo de que un paciente tenga bacteriemia y seleccionar a quién debemos extraer hemocultivos puede ser clínicamente útil. La omisión de solicitudes innecesarias presumiblemente se asociaría a una mayor rentabilidad.

Una temperatura mayor de 38,3°C es una variable independiente predictora de bacteriemia8,12. Otras variables independientes importantes son la tiritona, la frecuencia cardíaca >120ppm, la presencia de catéteres venosos centrales, la sospecha de endocarditis y la de un foco urinario. Sin embargo la fiebre, al igual que el resto de variables, no ha proporcionado un poder de discriminación que permita discernir con seguridad entre los pacientes con bacteriemia y los que no. Diversos investigadores han desarrollado sistemas de estratificación de las distintas variables y han establecido modelos predictivos de bacteriemia7–18.

La elaboración de modelos clínicos de predicción de bacteriemia prácticos y sencillos o basados en programas informáticos (TREAT system)16 aplicables con facilidad en la práctica clínica constituyen una buena línea de trabajo. Estos estudios definen poblaciones de riesgo de bacteriemia bajo, medio o alto. Se ha descrito un descenso del 26,7% en la solicitud de hemocultivos si no se realizan en la población de bajo riesgo12.

Indicación del hemocultivo

No están definidas todas las situaciones en las que está recomendado extraer hemocultivos y aún en menor medida en el área de urgencias. Una herramienta útil es clasificar la gravedad clínica inicial del paciente con sospecha de bacteriemia de acuerdo con los criterios de sepsis, sepsis grave y shock séptico24,25 (tabla 2) y considerar que la frecuencia de bacteriemia aumenta en relación a la gravedad del cuadro (17–31% en pacientes con sepsis y 25–35% si sepsis grave o shock séptico)7,26.

Tabla 2.

Criterios de síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS), sepsis, sepsis grave y shock séptico

SRIS  Presencia de alguno de las siguientes: 
  Variables generales:
  • T.a >38°C o <36°C,

  • Taquicardia (>90lat/min)

  • Taquipnea (>20resp/min)

  • Hiperventilación (pCO2<32)

  • Alteración estado mental

  • Edemas significativos o balance hídrico positivo (>20ml/kg en 24h)

  • Hiperglucemia (glucemia >120mg/dl en ausencia de diabetes)

 
  Variables inflamatorias:
  • Leucocitosis (>12.000leucocitos/μl)

  • Leucopenia (<4.000leucocitos/μl)

  • Número de leucocitos normales con más de 10% cayados

  • Proteína C reactiva o procalcitonina >2 desviaciones estándar del valor normal

 
  Variables hemodinámicas:
  • Hipotensión arterial (TA sistólica<90mmHg, TA media <70 o descenso >40mmHg en adultos)

  • Saturación de oxígeno mixta venosa >70%

  • Índice cardíaco >3,5l/min/m2

 
  Otras variables de disfunción de órgano:
  • Hipoxemia arterial (PaO2/FiO2 <300)

  • Oliguria aguda (diuresis <0,5ml/kg/h al menos 2h)

  • Aumento creatinina >0,5mg/dl

  • Alteración coagulación (INR >1,5, TTPA >60 seg)

  • Íleo

  • Trombopenia (<100.000/μl)

  • Hiperbilirrubinemia (>4mg/dl)

 
  Variables de perfusión tisular:
  • Hiperlactatemia > 1mmol/l

  • Llenado capilar disminuido

 
Sepsis  SRIS e infección documentada o sospechada 
Sepsis grave  Sepsis asociada a algún dato de disfunción de órgano o con hipoperfusión:
  • Acidosis metabólica

  • Hipoxemia arterial (pO2<75mmHg o PaO2/FiO2 <250)

  • Oliguria

  • Coagulopatía (aumento del tiempo de protrombina o disminución de las plaquetas del 50% o <100.000/μl)

  • Encefalopatía (escala Glasgow<14)

 
Shock séptico  Sepsis grave e hipotensión que persiste al menos una hora a pesar de la fluidoterapia, con signos de hipoperfusión o disfunción de órgano 

FiO2: fracción inspirada de oxígeno; INR: razón internacional normalizada; PaO2: presión arterial de oxígeno; TA: tensión arterial; TTPA: tiempo de tromboplastina pacial activada.

Se recomienda24 extraer hemocultivos en todo paciente con sepsis e infección de órgano o sistema, con sepsis grave o shock séptico, con sospecha de endocarditis, brucelosis o fiebre tifoidea, con sepsis y neutropenia o con inmunosupresión relevante (receptores de trasplante, infección por VIH con linfocitos CD4<200cél/μl, tratamiento con esteroides u otros inmunosupresores y pacientes con hemopatías malignas o asplenia) o con senilidad (por lo inespecífico en su presentación).

En los pacientes con sospecha de infección de catéter también debieran tomarse hemocultivos (se recomienda extraer un hemocultivo por punción de vena periférica y otra a través del catéter para realización de estudios cuantitativos o cualitativos)27.

Son numerosas las situaciones no reflejadas en las que consideramos que también hay que valorar la extracción de hemocultivos en urgencias: fiebre prolongada de origen desconocido, shock o deterioro hemodinámico no filiado, síndrome confusional agudo, niños con disminución de la vitalidad, etcétera. Asimismo, existen poblaciones de riesgo en las que la sola presencia de fiebre puede constituir una indicación de realizar hemocultivos (cirrosis hepática, hemodiálisis, lesión medular, adictos a drogas vía parenteral, diabetes mellitus, pruebas invasivas, hospitalización reciente, …).

¿Cómo podemos mejorar el rendimiento de los hemocultivos?

A un buen criterio en su petición se suman otros factores que influyen en la rentabilidad de los hemocultivos (tabla 3).

Tabla 3.

Factores que influyen en la rentabilidad del hemocultivo

Criterio clínico en su petición 
Técnica aséptica 
Dilución y volumen de sangre 
Número, intervalo y momento de extracción 
Transporte y procesamiento 
Información precoz 
Correcta interpretación 
Seguimiento 
Asepsia y técnica de extracción

Para evitar contaminaciones e interpretaciones erróneas los hemocultivos deben obtenerse con la mayor asepsia posible. La biótica cutánea del paciente o del personal que realiza la extracción es la responsable en la mayoría de las ocasiones de la contaminación. Cada muestra de sangre se obtendrá mediante venopunción en distintas localizaciones. La extracción no debe realizarse a través de catéteres intravasculares (salvo sospecha de bacteriemia asociada a catéter).

Después de palpar la vena elegida, se debe limpiar la zona con alcohol isopropílico o etilíco de 70o durante 30 segundos. Se aplicará a continuación una solución yodada (tintura de yodo 1–2% durante 30 segundos o povidona yodada 10% durante un minuto) o clorhexidina 0,5% (durante 30 segundos)29, cubriendo un área de al menos 3–5cm de diámetro. Es importante cumplir el tiempo recomendado para que actúe el antiséptico y evitar tocar el área de la venopunción, hablar o toser mientras se realiza la extracción. Si se precisa de una nueva palpación, debe realizarse con guantes estériles. No debe ponerse algodón u otro material no estéril sobre la aguja en el momento de sacarla de la vena. Previamente a la extracción, los tapones de los frascos deben quedar limpios con un antiséptico que se dejará secar para evitar su entrada en el interior al inocular la sangre (pequeñas cantidades pueden inhibir el crecimiento bacteriano). Los frascos deben inocularse rápidamente para evitar la coagulación de la sangre (no debe utilizarse anticoagulante). Actualmente no se recomienda el cambio de aguja para inocular en el frasco. Se inocula en primer lugar el frasco anaerobio, evitando la entrada de aire, después el de aerobio, y ambos se invierten varias veces para mezclar la sangre y el medio de cultivo.

El no realizar correctamente la técnica puede aumentar la tasa de contaminación30, que es un importante parámetro de calidad. Con una técnica correcta, el número de contaminaciones no debe superar el 3%, cifra menor al 4–7,5% descrita en la mayoría de los estudios realizados en urgencias12,22,31.

Una práctica común dadas las premuras tan frecuentes en la urgencia hospitalaria es extraer la sangre del hemocultivo a través del catéter periférico en el mismo momento o poco después de la inserción del mismo. En un estudio realizado en niños, se observó que la tasa de falsos positivos de los hemocultivos obtenidos por el catéter recién insertado disminuyó significativamente tras la corrección de la técnica o su obtención de un lugar diferente (9,1 vs 2,8%)32.

Es importante mantener informado y concienciado al personal encargado de la extracción y manipulación de los hemocultivos de todas las recomendaciones sobre la técnica33 y de los problemas que conlleva la contaminación de la muestra.

Número

Se considera una extracción para hemocultivos a la sangre extraída de una única venopunción, independiente de los frascos en los que sea inoculada (lo recomendable es en dos, botella aeróbica y anaeróbica). El número óptimo que se debería obtener depende de la situación clínica, del posible foco de la infección y de la necesidad de tratamiento urgente34. Desde el punto de vista coste/beneficio, el número óptimo de extracciones por episodio bacteriémico es de dos a tres. De esta manera se pueden detectar más del 95% de las bacteriemias33. La extracción de tres hemocultivos puede recomendarse cuando exista una alta sospecha clínica de bacteriemia continua. Una cuarta extracción pudiera ser razonable cuando la probabilidad de bacteriemia sea muy alta (endocarditis) y el agente potencialmente causal pudiera ser interpretado como un contaminante. Conviene recordar que la probabilidad de obtener un falso positivo aumenta proporcionalmente al número de extracciones realizadas. El hemocultivo debe completarse con la toma de otras muestras para estudio microbiológico, en función de la sospecha clínica28.

Dilución y volumen de sangre

El rendimiento de un hemocultivo depende del volumen de sangre cultivado. En adultos se recomienda hacerlo con un volumen mínimo de 10ml, preferiblemente 20ml (5–10ml por frasco). El número de microorganismos presentes en la mayoría de las bacteriemias es bajo (recuentos inferiores o próximos a 10UFC/ml), y se estima que el rendimiento aumenta aproximadamente un 3–5% por mililitro de sangre cultivada. La dilución de la sangre en el medio de cultivo neutraliza las propiedades bactericidas de esta y permite reducir las concentraciones de un posible tratamiento antimicrobiano previamente iniciado. Se recomienda una dilución de 1/5 a 1/10.

Momento de la extracción

Idealmente la extracción de los hemocultivos debiera coincidir con el de la presencia de un mayor número de bacterias en sangre, que generalmente precede a la aparición de la fiebre o escalofríos. Los signos clínicos de sepsis son una respuesta a la liberación de toxinas de los microorganismos, por lo que pueden aparecer una vez que los patógenos han desaparecido del torrente sanguíneo. Como en la práctica clínica el momento de mayor bacteriemia no se puede predecir con exactitud, se recomienda que la extracción se realice lo antes posible desde el comienzo de la fiebre, con la presencia de escalofríos, o siempre que se sospeche infección grave. Esta cronología no tiene tanta importancia en la bacteriemia continua (endocarditis, infección de catéter intravascular, tromboflebitis séptica…).

No se recomienda realizar extracciones separadas por períodos de tiempo concretos. En los pacientes graves o con riesgo elevado de bateriemia continua, se puede obtener cultivos de dos venopunciones de lugares diferentes distanciadas por unos minutos, con el fin de no demorar la terapia antimicrobiana y ensombrecer el pronóstico.

Como norma general, los hemocultivos se deben extraer antes de iniciar la terapia antimicrobiana sistémica28. No hay evidencia de que la administración de antitérmicos disminuya su rentabilidad.

Transporte y procesamiento de la muestra

Los frascos correctamente identificados se deben transportar al laboratorio sin demora y preferiblemente deberían ser procesados en las dos primeras horas tras su extracción. Nunca deben ser refrigerados.

La mayor parte de los microorganismos con significado clínico se detectan en los dos primeros días. Sin embargo, todos los cultivos se deben incubar durante al menos cinco días. Hay situaciones o microorganismos que requieren tiempos más prolongados u otras técnicas. Cuando se detecta algún crecimiento se procede a su identificación, así como a la realización de un antibiograma preliminar.

Información de los resultados

El resultado del gram y el número de hemocultivos positivos del total de los extraídos son de gran ayuda para el clínico, por lo que se considera de crucial importancia implantar en cada hospital los procedimientos adecuados para su inmediata comunicación.

Interpretación de los resultados

La presencia de estreptococos del grupo A, S. pneumoniae, H. influenzae, N. meningitidis, E. coli y otras enterobacterias, P. aeruginosa y especies de Candida son habitualmente bacteriemias verdaderas. El aislamiento de S. viridans y S. aureus no es invariablemente un verdadero positivo, al ser potenciales contaminantes, pero su significación clínica y su identificación en diferentes venopunciones sí es relevante.

Los estafilococos coagulasa negativos, Propionibacterium acnes, Bacillus spp., Corynebacterium spp. y algunas especies de Clostridium son contaminantes frecuentes. Si se aíslan es preciso tener en cuenta el número total de frascos positivos por venopunción para su interpretación35. La presencia de un solo positivo sugiere contaminación. Si son varios los positivos del contaminante habitual y especialmente si el paciente es portador de catéteres intravasculares, de dispositivos o de prótesis, estos tienen mayor significación clínica. El aislamiento del mismo patógeno en el foco de infección también ayuda en su interpretación.

Debe valorarse la posibilidad de un falso positivo cuando se aíslan colonizadores habituales (aunque todos pueden llegar a ser patógenos), si se produce el crecimiento tras 72h de incubación (excepto si ha existido terapia antibiótica o se trata de microorganismos de crecimiento retardado), o si hay discordancia con la clínica. Por lo tanto, para la correcta interpretación de un hemocultivo resulta fundamental una comunicación fluida entre clínicos y microbiólogos.

Seguimiento de las bacteriemias

Se acepta que los pacientes con bacteriemia deben presentar mejoría a las 48–72h del inicio de un tratamiento adecuado. La presencia de fiebre o de otros signos de respuesta inflamatoria sistémica deben alertar sobre una posible complicación.

Una situación habitual es el diagnóstico de bacteriemia (bacteriemia oculta) basado en los hemocultivos extraídos en urgencias de pacientes que han sido dados de alta por mejoría o con diagnóstico incorrecto. Esta problemática descrita en varios estudios2,31,36–40 representa entre el 3 y el 29% de las bacteriemias diagnosticadas en urgencias. Tan solo hubo necesidad de instaurar o modificar el tratamiento en un 18–57% de la totalidad de los pacientes que pudieron ser localizados, 4–30% de ellos requirieron ingreso y se describió una mortalidad de 04%. La mortalidad observada en estos pacientes es menor a la de los hospitalizados, en probable relación con una menor respuesta sistémica a la infección y una menor comorbilidad.

Sin embargo, es preciso garantizar un control de estos pacientes, reevaluando si el diagnóstico y el tratamiento al alta fue apropiado, y valorar su situación clínica si procede. Se han publicado útiles esquemas de atención aplicables a esta situación24.

Áreas de incertidumbre

No hay un modelo predictivo idóneo ni internacionalmente aceptado que estime la probabilidad que tiene cada paciente de presentar bacteriemia y, en caso de disponerlo quién se beneficiaría de su diagnóstico y hasta qué punto este supondría una modificación en la actitud diagnóstico-terapéutica.

Los resultados de los estudios sobre marcadores de sepsis tales como la procalcitonina actualmente tan solo son esperanzadoras líneas de trabajo a este respecto. Posiblemente, en urgencias lo idóneo sería establecer la indicación de hemocultivos en función de parámetros basados en la anamnesis y en la exploración física, para no condicionar su solicitud y el inicio de la antibioterapia a la extracción, procesamiento y resultado de otras pruebas.

El servicio de urgencias hospitalario puede ser un entorno idóneo para la realización de programas de vigilancia epidemiológica. Los resultados de los hemocultivos y de otras muestras microbiológicas facilitan datos de importancia para la realización de estudios sobre factores etiológicos y resistencias que permitan adecuar los protocolos de terapias antimicrobianas empíricas de cada hospital.

Finalmente, existe un importante y prometedor desarrollo de nuevas técnicas para la identificación de bacterias u hongos, basadas en la tecnología genética y en la reacción de la cadena de la polimerasa, que podrían desplazar a los hemocultivos como la prueba de detección de bacteriemias en un futuro no muy lejano.

Guías clínicas

No constan guías clínicas para las indicaciones de hemocultivos en urgencias.

Recomendaciones y conclusión

Los hemocultivos constituyen en la actualidad la herramienta fundamental para el diagnóstico de la bacteriemia, entidad frecuente y con una importante morbimortalidad. Existe información abundante y específica al respecto, pero son pocas las recomendaciones que integren el problema en urgencias. Posiblemente se realiza un uso desmedido y técnicamente incorrecto de los hemocultivos. Hay trabajos en esta línea, y se tiende a elaborar un modelo de predicción para detectar la probabilidad de bacteriemia y ser así más restrictivo en su extracción. La realización de estudios más específicos podría definir qué situaciones o pacientes se benefician finalmente de su extracción, pero hasta entonces, su correcta indicación en algunas situaciones puede ser tema de controversia. Resulta necesaria la elaboración y difusión de guías de práctica clínica específicas para el entorno propio de los servicios de urgencia hospitalarios que aborden las indicaciones para la realización de hemocultivos y la revisión de los factores que afectan a la rentabilidad de los mismos. Así se podría reducir la variabilidad clínica y disminuir el alto número de hemocultivos verdaderamente negativos y el de falsos positivos, identificando las bacteriemias verdaderas con relevancia en la clínica.

En el caso clínico presentado consideramos que estaría indicada la extracción de hemocultivos ya que existe sospecha clínica de sepsis secundaria a pielonefritis. Presenta alteración del nivel de consciencia, hipotensión, taquicardia y taquipnea como datos clínicos de síndrome de respuesta inflamatoria sistémica y dolor en hipocondrio izquierdo y el antecedente de sondaje vesical traumático como datos sugestivos de foco urológico. Tanto en los pacientes que ingresan en el hospital por infección urinaria o por neumonía actualmente se recomienda la realización sistemática de hemocultivos24. Aunque se cuestiona su utilidad, estos estudios se basan en cuadros no complicados o en pacientes inmunocompetentes20,21. En este enfermo habría que valorar la posibilidad de patógenos resistentes debido a que la posible infección está en relación con los cuidados sanitarios (sondaje vesical y vive en una residencia), tiene diabetes mellitus y realizó un tratamiento antibiótico. Además, en situaciones de sepsis grave o shock en ocasiones es difícil la obtención inicial de un urocultivo y el hemocultivo sí que es con más frecuencia positivo en pacientes con pielonefritis, senilidad, diabetes, obstrucción de la vía urinaria y clínica de días de evolución. Se debería comprobar que se realiza la extracción de los hemocultivos según las recomendaciones actuales33.

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