Introducción. La tularemia era una zoonosis desconocida en nuestra región hasta el primer trimestre de 1998. El brote ocurrido en esas fechas ha permitido estudiar aspectos de la enfermedad poco conocidos, como los determinantes para la persistencia de un título elevado de anticuerpos. Material y métodos. Entre marzo y mayo de 2001 se realizó un control clinicoanalítico a 26 pacientes que habían padecido tularemia en el primer trimestre de 1998. Resultados. Las formas clínicas durante la fase aguda fueron: ulceroglandular (46,2% de los casos), ganglionar (26,9%), tifoidea (15,4%) y faríngea (11,5%). Los antibióticos más utilizados fueron la estreptomicina y la doxiciclina. Nueve pacientes presentaban secuelas tres años después. La media geométrica del título de anticuerpos descendió de 1/1011 en 1998 a 1/187 en 2001. El 76,92% de los pacientes mantenía un título de anticuerpos igual o superior a 1/160 tres años después de la fase aguda. Se apreció una relación significativa entre el título de anticuerpos inicial y el registrado en la fase tardía. No se demostró relación entre el título final de anticuerpos y el antibiótico empleado, la presencia de secuelas, el sexo o la edad. Conclusiones. El título de anticuerpos frente a Francisella tularensis se mantiene elevado en un importante porcentaje de los pacientes durante años. Debemos reconsiderar los criterios diagnósticos empleados en nuestra comunidad, aceptando como diagnóstico de certeza exclusivamente la presencia de un cultivo demostrativo o la existencia de seroconversión.

Introduction. Tularemia was an unknown zoonosis in our region until the first quarter of 1998. The outbreak that took place on those dates has made possible to study some scantly known characteristics of the disease, as are the determinants for the persistence of a high antibody titer. Matherial and methods. Between March and May, 2001, a clinical-analytical control was carried out in 26 patients who showed tularemia in the first quarter of 1998. Results. The clinical forms during the acute phase were: ulceroglandular (46.2% of patients), nodal (26.9%), typhoid (15.4%) and pharyngeal (11.5%). Antibiotics most prescribed were streptomycin and doxycycline. Nine patients showed sequelae three years later. The arithmetical mean of antibody titer declined from 1/1011 in 1998 to 1/187 in 2001. 76.92% of the patients maintained an antibody titer equal or higher than 1/160 three years after the acute phase. A significant relation between the initial antibody titer and the antibody titer registered in the late phase was observed. A relationship between final antibody titer and prescribed antibiotic, presence of sequelae, gender, or age was not demonstrated. Conclusions. The antibody titer in the presence of Francisella tularensis is high in an important percentage of the patients along years. We should reconsider the standard diagnostic criteria to our community, accepting as a certainty diagnosis exclusively the presence of a demonstrative culture or the existence of seroconversion.